jueves, 28 de junio de 2012

Annie

Me desperté por la mañana mirando acostada todo detalle de mi cuarto. Era hoy el día, el día de la cosecha en el cual elegían a dos niños entre doce y dieciocho años para ser entrenados y luego enviados a una arena para luchar a muerte en castigo de los días oscuros causados por la rebelión.

Baje a la cocina dispuesta a desayunar pero la angustia no me dejaba comer. Por lo que se me ocurrió ir al único lugar donde podía ser yo misma, en la playa. Había quedado de juntarme con Finnick.

Mientras caminaba pude observar como un grupo de muchachas como de mi edad se entrenaban con la lucha cuerpo a cuerpo pues en mi distrito muchos de los niños se entrenan toda su vida solo para los juegos por lo cual nos llaman los profesionales. Sin embargo no todos nos entrenamos como por ejemplo yo que nunca me entrene solo por el hecho de mis padres no deseaban que mi infancia la pasara aprendiendo como matar a otros niños inocentes que no tenían la culpa de ser elegidos en las cosechas. Básicamente me limite a ir a la escuela y ayudar a mis padres en el trabajo: haciendo redes de pescar.

Por fin llegue a la playa y me senté en la arena a observar el mar. Siempre he amado el mar es donde vengo a pensar y liberarme de los problemas, en donde tengo tantos recuerdos y especialmente es donde tengo a Finnick.

Finnick... Es mi mejor amigo, mi confidente y también mi amor. Aun puedo recordar cómo me salvo de ahogarme a los 8 años, como bromeábamos juntos a los 12 y como me enseño a nadar a los 13. Sin embargo todo se torno gris cuando su nombre salió en la cosecha el año antepasado. Fueron 3 semanas en las cuales lloré como nunca lo había hecho y ver como día a día Finnick luchaba por sobrevivir. Luego el gano pero no todo volvió a la normalidad sino que desde ese momento todo cambio.

Ha pasado mucho tiempo y sin embargo Finnick no ha llegado supongo que de estar ocupado con “asuntos del ganador” cosa que realmente me molesta. Sé que debería de estar feliz de tenerlo aquí conmigo, y lo estoy, pero es solo que el capitolio lo ha cambiado y llevado al viejo Finnick que tanto amaba.

Pasa media hora en la cual me limito a ver el azul del cielo. Cuando llega Finnick y me saluda pero estoy lo suficientemente molesta como para ignorarlo.
- Cual es tu problema? - me dice algo molesto lo cual me ha enojado mas.

- He estado esperándote toda la mañana ese es mi problema- le contesto muy enojada.

- lo siento he estado en el capitolio y simplemente no les puedes decir que no a los del capitolio- me responde siendo sincero a juzgar por su mirada- tu no lo entiendes- continua y luego se para tira una piedra al mar con todo su enoja y se arrodilla sin fuerzas con lágrimas en los ojos

Me paro y lo abrazo con mucho cariño. Luego le doy un beso en la mejilla y sacándole una lágrima le digo

- entonces ayúdame a entender
- No puedo, te pondría en peligro- contesta y luego se marcha. No lo entiendo eso es seguro pero no tengo tiempo de pensarlo tengo que arreglarme para la cosecha.



2 comentarios:

  1. Voy a empezar a leer tus capitulos, yo tambien tengo un blog de LJDH, veinte años despues de la caida del capitolio, veo que te gusta Annie, si te interesa saberlo su hijo es uno de los principales focos en mi historia, bueno no me entretengo que quiero leer los capitulos. Un saludo :)

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    1. Que bueno que leas mi historia enserio significa mucho para mi :) me parece muy interesante siempre me he preguntado que ha pasado despues ;) cuando tengo un tiempito libre me pasare por tu blog :) ;) Nota mental: pasarme por el blog de andrea everdeen

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